lunes, 1 de marzo de 2010

Corazón marchito.


Ni siquiera tu voz al otro lado del teléfono consiguió calmar el dolor que mi alma sentía.
Hacía dos días que había decidido cerrar mi corazón y ahora estabas al otro lado de la línea diciéndome que no podías vivir sin mí.
Mi mente comenzó una danza frenética luchando por borrar cualquier atisbo de sentimientos por ti, pero no sé si fue mi corazón o mi mente quien esta vez ganó la batalla.
Me recosté en la almohada y cerré los ojos.
Volví hacia atrás en el recuerdo, volví a aquél día de invierno en que nuestras vidas se tropezaron en una esquina del destino.
Yo iba absorta en mis pensamientos, dándole vueltas al hecho de sentir cómo la llegada de las navidades me dolía tanto por algo tan simple como era estar sola.
Iba maldiciendo mi suerte, pensando en lo maravilloso que sería poder pasear con alguien de la mano en una fría tarde de aquél duro invierno.
Pensaba lo estupendo que resultaría sentarse en una cafetería para compartir un café caliente con alguien y pedir además una tostada con mantequilla y mermelada de fresa.
Recuerdo que entonces noté como una lágrima comenzaba a resbalar por mi mejilla y no paró hasta llegar al borde de la gruesa bufanda que llevaba enrollada en mi cuello.
Sequé con el puño de mi abrigo el surco que había dejado, porque la gélida tarde se incrustó en mi mejilla y casi comenzó a escocerme.
Fue entonces cuando nos tropezamos y nuestras miradas se fundieron en el instante más cálido de nuestras vidas.
Supongo que debiste pensar que era una despistada que no miraba por donde iba, porque como consecuencia del encontronazo tiré al suelo la carpeta que llevabas en las manos y parte de su contenido se esparció por el suelo.
Sé que balbuceé una disculpa mientras me agachaba para ayudarte a recoger los papeles.
Sé que me ruboricé al darme cuenta de que mi mente me había vuelto a jugar una mala pasada abstrayéndome tanto de la realidad como para no darme cuenta  que andaba sin saber por dónde iba.
Sé que en el momento en que me vi reflejada en tus ojos empecé a amarte.
Todo se confabuló, y en el mismo instante en que recogías la última hoja del suelo, comenzaron a caer las primeras gotas.
-Creo que la tarde va a terminar de estropearse – después de decir la frase me sentí absurda.
-¿Te apetecería un café? Supongo que debes decirme que si para compensarme por el tropiezo. Eso sí, yo invito para que veas que no soy rencoroso.
Yo solo pude sonreír.
Sentados en aquella mesa de aquella cafetería delante de un café y una tostada de mantequilla con mermelada de fresa, descubrimos que teníamos en común millones de cosas.
Nos gustaba la misma música, nos apasionaba leer, posiblemente habíamos coincidido varias veces en el cine viendo las mismas películas.
Descubrimos que buscábamos las mismas sensaciones perdidas al lado de otra persona.
Confesamos que por las noches la cama parecía el doble de grande cuando al despertar la sentíamos vacía.
Después de varias horas salimos de allí sintiendo que a punto de llegar la navidad, en nuestras vidas acababa de colarse una sensación que en aquellos momentos nos llenaba el alma de millones de sentimientos encontrados, unos repletos de euforia desconocida, otros llenos de miedos inconfesables.
Recuerdo que me pediste una cita, una tarde de cine. Que se terminó  convirtiendo en una noche romántica, cena con velas y el que fuera el primer beso, aquel con el que todos somos recordados los días siguientes, sintiendo la angustia y dolor de la ausencia, aunque fuera tan solo unas pocas horas de separación en el día. ¿Cómo pasamos del todo a la nada? ¿Por qué sabiendo el dolor que nos han causado lo reiteramos a modo de ritual maldito?
 Me prometiste amor sincero, todo mentira. Y hoy después de una ausencia de un mes me pides perdón, me ruegas volver. ¿Acaso crees que esto es un juego en donde se puede ir y venir a placer dependiendo del momento en que uno quiera?. ¡Maldito! te llama mi mente,  mientras mi corazón prefiere hacerse jirones, a perderte. ¿Hasta cuándo, me espetó avisándome una y otra vez mi mente, cuándo pasará otra vez?
Abrí  los ojos nuevamente lanzando la almohada contra la pared enfurecida por mi estupidez, me duché como si quisiera sacar de mi piel cualquier rastro de ti que pudiera haber aún en él, me frotaba hasta doler. Mientras, lloraba otra vez tu maldita ausencia. Me senté frente al espejo de la  cómoda observando mis tristes ojos, los mismos a los que dijiste eran tu luz, el único motivo de tu existencia, tu elixir. ¡Mentiras!…
 Y de nuevo el teléfono sonó, sabiendo aún sin mirar que eras tú
- ¿Qué quieres? Te dije
-Lo siento de verdad, me duele todo por lo que te he hecho pasar, me siento fatal por mi estupidez, perdóname por favor.
-Acaso crees que un lo siento, podría hacer que olvide tanto dolor como me has provocado, a quién se ama, no se ignora. Un mes llamándote mientras tú te divertías, ignorando mis llamadas ni una solo contestaste y no me hables de que no tenías tiempo. Porque mientes y lo sabes. ¿Acaso te pedí tiempo completo para mí? ¿Acaso te pedí algo? Bueno sí, respeto y que no me hicieras daño. ¿Tanto cuesta? ¿Acaso es tan difícil?
-No, no lo es, no tengo disculpa alguna. Tan solo puedo pedirte perdón.
-Lo siento pero no es suficiente, por favor no vuelvas a llamarme nunca más, no puedo vivir sin saber cuando volverás a hacer lo mismo y sé  que lo harías, no tengo la menor duda. Quiero que sepas que te quiero y que tardaré en olvidarte, no sabes cuánto amor te pierdes, adiós y aunque no te lo creas ni te odio, ni te deseo ningún mal, simplemente adiós.
Colgué  con una sensación de pena enorme, a la vez una liberación. Mientras caían perlas de dolor por mis mejillas, no paraba de decirme que no me lo merecía. No es justo dar sin recibir. Pasé uno de tantos días ya conocidos por mi y mi maldita suerte en el amor. ¿Acaso seré yo la causante? No quise pensar más y quise terminar el día, pensando que mañana sería tal vez distinto.
Amaneció  nuevamente otro día, mientras notaba la soledad de mis sábanas, mis ojos tristes y llorosos me indicaban sin duda la angustia de mi interior, me levanté cansada, cuando el espejo de la alcoba se llenó con mi única presencia. Buscaba sin entender, ni ver, el por qué del abandono, observé mi rostro, mi cuerpo, tal vez el alma, sin encontrar respuesta alguna a la pregunta. Amé sin condición con todo cuánto tenia y nada entendía. 
Las lágrimas empaparon mi cuerpo magullado sin herida visible, mientras me vestía de negro con mi pañuelo preferido rodeando mi terso cuello, soñando que tal vez hoy me daría suerte. Y salí de la prisión ahora reflejada en la habitación que un su día fue refugio de amor. 
Paseaba lentamente junto con la brisa de la mar notando como ésta, alborotaba mi bello cabello acunado con el vaivén repetitivo de las olas. Mi mirada perdida en el horizonte como si desease que algo sucediera en él, sin encontrar aún ninguna señal. Todo era a mi alrededor sobriedad, tristeza, sin color, tan solo en mi pecho habitaba el dolor. La soledad amanecía y anochecía día tras día sin darme alivio, ya no hubo descanso, ya no hubo calor, la ansiedad, la agonía por alma. Una flor marchitándose en mi corazón.
Busqué un banco para sentarme. La primera náusea, el primer mareo se habían instalado en mí.
Acerqué mi mano derecha a mi abdomen y acaricié suavemente el pequeño abultamiento.
Cerré los ojos y sentí que aunque mi corazón estuviera marchito, seguramente el pequeño ser que crecía dentro de mí iba a mantener con vida mi vida. Aunque su padre nunca lo supiera, aunque mis días y mis noches siguieran estando plagadas de amaneceres y anocheceres tardíos.

Hadaluna&Montxu

33 comentarios:

Más allá de los Sueños dijo...

Bonita historia la que nos dejan Hadaluna y Montxu. Esperamos que os guste.

Saludos

✙Eurice✙ dijo...

Que triste que nazca un ser de un desamor...
Los hijos siempre piden explicaciones.
Una historia tan real que impacta.
Enhorabuena a Hadaluna y Montxu.
Saludos!

Ramón María dijo...

Perdonar mi ausencia últimamente repetitiva hasta hartar, motivos de tiempo aderezados con imprevistos me obligan a no estar.

Gracias compis, Gracias Hadaluna.

Cele dijo...

Hermosa historia, con un final entre la tristeza y la esperanza. Un motivo para vivir, un nuevo ser fruto del amor y pero que llego con el dolor del olvido.

Un abrazo

José Luis López Recio dijo...

Preciosa la historia que nos habéis regalado esta semana. El sufrimiento que produce el amor llena a veces y sin que nadie lo quiera, nuestras vidas.
Un abrazo.

Claudia P. dijo...

precioso relato a pesar de la tristeza, y lo más triste, q me siento identificada con parte de la historia.

mis felicitaciones, siempre es un gusto leeros

Samuel dijo...

Bonita historia, y sorprendente al final. Aunque demasiado triste para me gusto... pero aún así, bien escrita y con un final esperanzador.

Un abrazo!

apm dijo...

Hadaluna y Monxtu !que historia de amor no correspondido más bonita!, muy bien narrada... encima la música del blog ayuda, con esas notas suaves y meláncolicas como que todo se hace más perceptible.
El terminar con esa espera del hijo o la hija, hace si cabe más intensa y bonita la historia, porque no se termina en la soledad del amor roto, se termina en la esperanza de otro amor mucho, muchísimo más grande, infinito... me ha encantado, de veras, me ha superencantado. Enhorabuena a los dos !bravísimo!

Un besote, uno de los gordísimos

luisa maria cordoba dijo...

Precioso relato a la vez que muy triste, cuantas historias hay con ese final, seguro que algunas, muy bien contado y con mucha sensibilidad.
Enhorabuena.
Luisa.

beker dijo...

Tan triste como real, magistralmente descrita, felicidades, abrazos...

PACO dijo...

...maravillosa historia aunque es cierto que un pelin triste al final. Pero la vida es así y hay que aceptarla.
un cordial saludo.

Pluma Roja dijo...

La verdad que sí, preciosa historia. Admiro a Montzu en sus breves pensamiento y ahora lo admiro más. No solo es breve, también sabe extenderse.

Saludos cordiales,

Hasta pronto. un abrazo a los dos

roxana dijo...

tus relatos son como vivencias!!! un saludo y gracias!

Unknown dijo...

Triste y esperanzador relato de amor que me ha encantado leer...

Un beso y mis felicitaciones por el blog, a todos sus componentes y hoy, especialemente a Montxu y mi querida Hadaluna...

campoazul dijo...

¡Que relato más bonito! Si, es triste, y estará muy triste hasta el día en que nazca su hijo, que la hará olvidar todo y a todos, porque su vida estará completamente llena.

Un beso.

MFe dijo...

Qué pena!.. bonita historia. Felicidades a los dos.. pero me ha dejado.. "mal rollo"...

Un beso fuerte!

HADALUNA dijo...

Quería daros en mi nombre y en el de Montxu las gracias a todos por vuestras palabras.

Un besazo.

Anónimo dijo...

Una de tantas historias reales... por desgracia!

Besos desde el abismo

NVBallesteros dijo...

Felicidades a los dos, por tan bello relato, lleno de detalles que me llevan de la mano de la prtotagonista......

Besos

Paquita Pedros dijo...

Hola cielo que bella historia aunque con dolor y tristeza pero ese hijo es del fruto del amor
felicidades a los dos me emocionaste
un beso

DAPHNE dijo...

Hola , daros a los dos la enhorabuena , la historia aunque muy triste , es la vida misma , y hay que seguir adelante. Preciosa historia .
Un beso para los dos .

MORGANA dijo...

Bella y no menos dolorosa historia de amor con un final lleno de esperanza.
muy hermoso.
Felicidades para ambos.
Morgana

Camaleona dijo...

Espero que ella supiera luego devolverle el regalo al bichito que crecía en su interior, olvidándose de la pena para siempre.

Abril Lech dijo...

Bien contado, aún en el embarazo vertiginoso...

Esto tan humano de amar desde la necesidad...

Rebeca Gonzalo dijo...

Dolor y amor a menudo van unidos. Este maravilloso relato lo demuestra. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ese cierre duele, y duele fuerte.

Un fuerte abrazo.

Teresa dijo...

Es como la vida misma, ese bebe tendrá todo el amor que hay en ella, no es una desgracia que su padre no la conozca, cuando no amo lo suficiente, y si hizo daño a sabiendas...

Me ha gustado muchísimo.

Saludos

luna dijo...

Relato, real, hermoso... pero triste!!!!

Me gustó pasar por aqui, prometo vovler!!!


Felicidades querida Hadaluna y Montxu


Saluditos.

Jayja para tí... dijo...

que hermosas cosas puede escribir un hombre...me quedo admirada...un beso...

Ven...te invito a que tu corazón pueda escuchar..."Somos el Mundo"...

We are the World...
I love you...

Duna dijo...

Hay veces que el amor nos produce unos sentimientos dolorosos. Pero la historia que compartis es bellísima.
Gracias amigos.

Un beso para Hadaluna y otro para Montxu.

jhony dijo...

una historia real que no es fin sino un comienzo de otra historia....

ODRY dijo...

Es la mejor descripción de sentimientos que se tienen en una ruptura, que he visto, me ha encantado.

Un besazo

ODRY dijo...

No se puede describir mejor, ni de una manera más hermosa, lo que siente una mujer, cuando ve que ha perdido su amor.
Es un relato precioso, aunque triste, como la vida misma.

Un besazo